Para China, uno de los paradigmas mundiales del tabaquismo, los Juegos Olímpicos de Pekín son una oportunidad excelente para intentar erradicar un problema que mata cada año a un millón de personas. Mientras que en la mayoría de los países occidentales la lucha contra el tabaco está cada vez más extendida, en el gigante asiático la situación dista mucho de ser similar. Al menos hasta el próximo verano.
Las autoridades de Pekín, que tomaron las primeras medidas contra el tabaco en 1996, aunque sin grandes resultados, están decididas a ir ahora más lejos. Su objetivo es prohibir el tabaco en la mayoría de los sitios públicos, como restaurantes, centros educativos, hospitales, estaciones, bibliotecas o museos, antes de los Juegos Olímpicos.
Los Juegos han sido declarados “no fumadores” y los lugares que acogerán a los atletas estarán libres de humo, toda una proeza con respecto al resto de China. Asimismo, los hoteles deberán tener disponibles al menos un 70% de habitaciones para no fumadores.
“Apoyamos y felicitamos al comité de organización de los Juegos Olímpicos y a las autoridades de Pekín por sus acciones. Los Juegos Olímpicos son una oportunidad para tratar de cambiar los hábitos prohibiendo el tabaco en los lugares públicos y presentando a los atletas como modelos”, ha declarado el representante de la Organización Mundial de la Salud en China, Hans Troedsson.
China cuenta con el mayor número de fumadores del mundo, alrededor de 350 millones de personas, lo que representa el 26% de la población del país.
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